Una nueva exposición invade a la institución cultural ubicada en la capital pues en sus salas cobrará vida “Objetos de deseo». Surrealismo y diseño, 1924-2020”, hasta el mes de marzo de 2021
Como todo lo que llama nuestros sentidos y estimula las emociones es una exposición que se encuentra condenada a ser disfrutada en incertidumbre, como si se tratara de una muestra que se ubica en el período de entreguerras donde originalmente nació su leitmotiv, así es la exposición «Objetos de deseo», donde se refleja el largo siglo de la relación desarrollada entre surrealismo y diseño, que ahora nos llega al CaixaForum de Madrid luego de encontrarse de frente con el confinamiento que se ha vivido desde el mes de marzo, para abrir ahora sus puertas en Barcelona, asegura Jordi Gual.
Por medio de unas 279 obras, en donde se pueden apreciar los trabajos que se realizaron desde 1924 hasta la actualidad, la muestra se ocupa de venir a ser un complemento de esa pulsión de la institución cultural por encontrar una innegable conexión entre lo artístico y lo ornamental que ya era intuida en otras exposiciones como las que fueron dedicadas a Le Corbusier, Richard Rogers, Adolf Loos o Alvar Aalto.
La que se nos viene es una muestra que se encuentra comisariada por Mateo Kries, quien es director del Vitra Design Museum, y además se ha dividido en cuatro bloques temáticos y temporales, con lo que se intenta hacer mucho más nítido el camino de cómo las teorías de lo imposible de figuras como André Breton, Salvador Dalí o Giorgio de Chirico pudieron llegar a revolucionar incluso hasta lo más cotidiano.
Con un excelente acierto, lo que se busca es establecer un diálogo entre lo mundano y lo onírico: a la sazón, «La pipa» que es un carro de Aldo Turra, que se encuentra inspirado en el célebre cuadro de Magritte o el mismo «Testimonio» de Man Ray, que viene a ser una especie de sofá con forma de ojo gigante inyectado en sangre, con lo que se pretende dejar constancia de la condición del mueble como elemento contemplativo de nuestras vidas.
Esta es una muestra que ha sido concebida desde la acostumbrada estética voluntariamente rimbombante, con la que se puede hilar cada una de las exposiciones que se llevan a cabo en CaixaForum, y con la que se persigue el noble objetivo de acercar el arte moderno a lo que conocemos como popular. Esta es una muestra con la que es posible disfrutar, pues además estalla en colorido surrealismo mientras se avanza hacia las proyecciones del futuro que podían imaginar los artistas.
En ella no cabe espacio para el error, ya que el valor pedagógico de la exposición no se concentra tan solo en hablar de un mundo que, repentinamente se ensombreció, o quizás del sueño al que había obligado la invención de la cámara fotográfica, lo que, lo llevó a convertirse en la pesadilla de la muerte y el horror.